8 jun 2008

Era Estupendo Quemar

Constituia un placer especial ver las cosas consumidas,ver los objetos ennegrecidos y cambiados.Con la punta de bronce del soplete en sus puños,con aquella gigantesca serpiente escupiendo su petroleo venenoso sobre el mundo,la sangre le latia en la cabeza y sus manos eran las de un fantastico director tocando todas las sinfonias del fuego y de las llamas para destruir los guiñapos y ruinas de la Historia.Con su casco simbolico en que aparecia grabado el numero 451 bien plantado sobre su impasible cabeza y sus ojos convertidos en una llama anaranjada ante el pensamiento de lo que iba a ocurrir,encendio el deflagador y la casa quedo rodeada por un fuego devorador que inflamo el cielo del atardecer con colores rojos,amarillos y negros.El hombre avanzo entre un enjambre de luciernagas.Queria,por encima de todo,como en el antiguo juego,empujar a un malvalisco hacia la hoguera,en tanto que los libros,semejantes a palomas aleteantes morian en el porche y el jardin de la casa;en tanto que los libros se elevaban convertidos en torbellinos incandescentes y eran aventados por un aire que el incendio ennegrecia.

Farenheit 451 . . .Ray Bradbury


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